Tenemos que hablar
- 30 abr 2021
- 4 Min. de lectura
Tenemos que hablar, hay muchas cosas que no se han dicho y ya deberíamos considerar normalizar, existen situaciones que definitivamente ya no vamos a callar y tú, debes tomar lugar en esta participación, atrévete a dialogar, luchar y enfrentar lo necesario para poder darle el lugar que necesita la situación.
El tiempo de estar frente a frente ha llegado, los días también se han contado; escribo aquí para decirte que hay situaciones que existen y persisten aunque no nos demos cuenta, no le damos un lugar a esa nueva información porque nos parece muy cómodo seguir una corriente que por tantos años fue normalizada y bajo un solo "no son temas para hablar" nos tratan de silenciar, pues reitero, estoy aquí porque es justo y necesario tomar conciencia, acción y voz sobre lo que nos concierne a todas las personas.
¿Alguna vez te has preguntado qué es la conciencia social? Vale, te lo explico, es esa capacidad que poseemos los seres humanos para percibir, reconocer y comprender tanto los problemas como las necesidades que tienen las personas de nuestra comunidad o entorno social. Si dividimos este concepto nos quedamos con dos nociones: conciencia y social; abordándolos de manera individual, sabemos que la conciencia es sinónimo de conocimiento responsable y tiene que ver con la moral, tan solo Platón nos argumentó hace miles de años que "la conciencia es una brújula para el bien y un freno para el mal" mientras otros autores de manera súbita nos sueltan que si carecemos de conciencia por ende carecemos de inteligencia, y tomando esta especificación de conciencia sumándola al concepto social (referente de la sociedad humana o en relación a ella) podemos concluir que si carecemos de ella, la sociedad está perdida.
Tenemos que hablar seriamente, sobre situaciones que simplemente hemos dejado pasar y que debemos normalizar principalmente sobre aquello que nos incumbe a todos y todas. Tenemos que hablar de cómo cientos de miles de niñas en todo el mundo viven con trastorno del espectro autista (TEA) sin siquiera saberlo debido a una disparidad de género en los diagnósticos, si bien la diversidad entre las personas con autismo es un hecho, no justifica el tener una concepción limitada y estereotipada que restringe el diagnóstico apropiado de mujeres y niñas con sintomatologías dispares a los "típicos".
Además de esta situación, también cabe destacar lo poco que conocemos de las personas con autismo como si se consideraran fuera del entorno social en el que residimos (lo cual, no es así), si bien el desarrollo de la socialización se ve alterado en una persona con autismo esto no nos pone un cartel de "aléjate", sino que al contrario, deberíamos tener un conocimiento base para saber cómo actuar y socializar frente a ellas sin causarles una incomodidad, porque aquí, hay otro tema del cual tenemos que hablar: una condición de salud, un trastorno o deficiencia no te define. Tenemos que hablar de comprensión y cordialidad.
Otro punto bastante distante es como bajo las nuevas estrategias digitales hay cifras mayores de estudiantes con ansiedad, cuadros depresivos y padecimientos como el síndrome del impostor, así como el síndrome del quemado (burnout). El estrés puede ocurrir por múltiples situaciones de la vida diaria que no podemos controlar ¿cómo es posible que los estudiantes deban padecerlo a tan corta edad cuando los medios juran que la estrategia digital está dando frutos maravillosos? y peor aún son las situaciones donde las y los jóvenes no tienen el acceso a la educación, ni en línea o en presencial; lo que nos lleva a mencionar la esclavitud (y explotación) infantil, que no es solo aquella lejana idea de cadenas atadas a los tobillos, ¿por qué se no nos hace ruido saber que no tan lejos de donde vivimos existen infantes esclavizados? el tráfico de infantes, la venta de niñas y niños al crimen organizado, la industria pornográfica, infantes trabajando en minas, y probablemente no esté mencionando otras maneras y trabajos en los que las y los infantes estén presenciando esas formas "modernas" de esclavitud, se nos resbalan de la boca como si dijéramos "están jugando" ¿por qué quieres esperar a que pase en una línea directa a ti para preocuparte por ello? Tenemos que hablar de cosas que nos duele ver y escuchar, que hace que nuestro pecho se hunda, para poder levantar la voz por quienes la levantan también y por quienes no pueden. Tenemos que hablar de justicia y empatía.
En otro sentido, ¿qué es aquello que en pleno 2021 debe dejar de ser un tabú y una cuestión de vergüenza porque es tan natural como que tú y yo respiramos? Exacto, la menstruación y no, no le decimos "Andrés", para hacer notar una situación hay que decirle por su nombre, ese que nos escondieron tanto tiempo. Tenemos que hablar de como las mujeres no conocemos nuestro propio proceso porque nos dijeron que "es así y no hay más", el cómo nos quieren hacer menos por algo que está en nuestra biología y nos argumentan que es un castigo, también de cómo nos venden la idea de ser discretas y que los hombres nunca sepan que las mujeres sangran porque les da asco ¿pero asco de qué? Es momento de decir que merecemos una menstruación digna y gratuita, porque si los condones son gratis ¿por qué mis toallas no?, los productos de higiene femenina no deberían ser un lujo porque son una necesidad e irónicamente siendo que pagamos más por menstruar, cobramos menos al trabajar; menstruar no es una elección ni un privilegio y ese impuesto rosa lo hace ver como tal.
Sin más por decir, aunque no lo he dicho todo, simple y sencillamente te menciono que tenemos que hablar.
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