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Romanticismo no tan romántico

Actualizado: 13 feb 2021

Por lo general la información que tenemos respecto a las relaciones amorosas es a partir de los paradigmas que se han arrastrado a través de generaciones y que ni siquiera nos planteamos si estos modelos de relacionamiento son pertinentes o si encajan con nosotros mismos ¿qué es el romanticismo? Esto, como todo lo que percibimos, es un constructo y varía desde la cultura a tu género los cuales te establecen un papel que “debes” seguir para tener un “romance exitoso”. Una vez más no se trata de rechazar las tradiciones sino de observar de donde provienen y su significado para tomar la decisión acorde a las preferencias de cada quien.

A continuación hablaré de símbolos que perpetúan el machismo y que si bien parecen muy románticas sus consecuencias no lo son.



La media naranja

Este concepto surge en la obra de Platón llamada El Banquete escrita alrededor de 350a.C. donde el personaje de Aristofanes narra como en un principio los humanos eran perfectos y esféricos como naranjas. Zeus, enojado por los aires de grandeza de estos humanos decide castigarlos dividiéndolos por la mitad, lo que provocó que sintieran una enorme tristeza y se dieran a la tarea de encontrar a esa otra mitad que los hacía un todo perfecto.


A simple vista no tiene nada de malo querer una pareja que te complemente pero esta referencia a la media naranja implica que como individuo te falta algo y que esto solo lo conseguirás a través de una relación amorosa, juntos serán uno mismo y todo será perfecto. ¿Pero, y si no es así? La perfección no existe y pensar lo contrario puede llevar a desilusiones, codependencias, discusiones y el pensar que una pareja es imprescindible para alcanzar la felicidad (spoiler: no lo es). Además de que acompaña al pensamiento del amor como algo que solo se encuentra externamente, cuando la realidad es que es un trabajo individual para tener una buena relación con nosotros mismos.


Rituales de boda judeo-cristiana tradicional

Históricamente la popularidad del color blanco en los vestidos de novia empieza en el año 1840 con el matrimonio de la reina Victoria de Inglaterra con Alberto de Sajonia-Coburgo. Este color intenta reflejar la pureza y la castidad de la novia que va a casarse, tiene la intención de hacerla ver como inocente y limpia. Asimismo, el velo que cubre su cara y pelo se usa para tapar a la mujer de la mirada de cualquier otro hombre desde la entrada hasta el altar donde se encuentra su futuro marido. Acercando un poco más la lupa a la situación, tradicionalmente es el padre de la novia quien la acompaña desde la puerta al altar, es decir la mujer va del brazo de un hombre (su padre) al brazo de otro hombre (el cónyuge).


Analizando un poco la situación, podemos estar hablando de un símbolo de posesión en la cual la mujer es un objeto que pasa de hombre a hombre, donde de ahora en adelante le pertenece a su marido. Nadie excepto él puede verla y tenerla puesto que no solo está en su derecho legal sino que es muy posible que haya pedido permiso al padre de familia de su novia para poder casarse con ella y que esto se realice incluso de antes pedirle matrimonio a su pareja por lo que ante estos rituales también tiene el derecho que se le otorga socialmente, situación que no solo permite romantizar la posesividad sino que hace camino para más adelante normalizar los celos que pueden acabar en violencia.



La virginidad

A decir verdad este tema da para hablar pero remontándonos un poco a la biología, la “virginidad” hace referencia al himen, un tejido fino y carnoso en la vagina. Hay muchísimos mitos sobre este tejido porque se supone que en la primera relación sexual coital de una mujer debe romperse y generar sangre, en algunas culturas es tradición que la suegra introduzca un pañuelo blanco en la futura esposa de su hijo, en caso de que al sacarlo salga sangre significa que la mujer era “virgen” y pura para contraer matrimonio.

Sin embargo el himen puede romperse en muchas otras situaciones e incluso hay gente que nace sin él, por lo que en resumidas cuentas la virginidad es un símbolo para someter a las mujeres (Molina, V, 2018). Si eres mujer se habla mucho de esta primera vez y de cómo debe ser con alguien muy especial incluso con el “amor de tu vida”. No obstante, si eres hombre es posible que tu propio padre te pague una prostituta para que “te hagas hombre” por lo que este concepto varía mucho de tu sexo, si bien desde un punto se te glorifica desde el otro te avergüenza.


Para finalizar, todas, todos y todes por defecto vivimos en una sociedad machista, debemos cuestionar las costumbres e ideas que nos rodean para no vivir las injusticias que llevan viviendo todos nuestros antepasados. Es importante abrir los ojos y cuidar nuestros corazones, unas flores no siempre demuestran amor.

No sigas los rituales “románticos” que ves a tu alrededor solo porque es lo que te han enseñado, también son válidos pero aveces solo los tomamos sistemáticamente sin cuestionarlos. Encuentra una forma sana de demostrar amor pero recuerda que la primera relación por la que te debes preocupar es la propia, pues esto impacta en todas las demás.


Natalia González C.





Referencias:


Bass-Krueger, M. (2019) ¿Sabes por qué el vestido de novia es blanco? Esta es su curiosa historia. Vogue

Recuperado de:


Muy interesante(2019)¿Cuál es el origen de la expresión media naranja?. Muy interesante. Recuperado de:


Montes, A. (2020) Amor romántico: Violencia machista escondida. Reporte Indigo


Molina, V. (2018) La virginidad, un mandato cultural machista que aún se escribe con sangre. La Vanguardia. Recuperado de:

 
 
 

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