LGBT en la pantalla grande: ¿Narrativas limitadas?
- Paloma Villalobos Alvarez
- 17 jun 2021
- 6 Min. de lectura

Retrato de una mujer en llamas, 2019
La representación LGBT+ en los medios audiovisuales ha cambiado a lo largo de los años, y se ha visto afectada por el entorno cultural, social e histórico en el que se desarrolla. Para entender los clichés, estereotipos y tropos que rodean la diversidad sexual en la pantalla grande (y chica), vale la pena conocer cómo se ha desarrollado esta representación históricamente.
El panorama en medios estadounidenses viene teñido por los efectos del Motion Picture Production Code (Código de producción de filme), conocido popularmente como Código Hays. En la década de los veinte, la reputación de Hollywood se había desplomado a causa de una serie de controversias y protestas por parte de grupos religiosos contra contenido escandaloso (puesto a que las compañías cinematográficas recurrían frecuentemente al contenido sexual en un intento por retener a una decreciente audiencia durante la crisis económica de la Gran Depresión). Como solución a esto, y para evitar que el gobierno federal impusiera limitaciones al séptimo arte, Will H. Hays, presidente de Distribuidores de Filmes de América (MPPDA, por sus siglas en inglés), instauró el Código Hays, una guía que buscaba conservar valores familiares y católicos en el cine. Entre sus prohibiciones, se encontraban la desnudez, las parejas interraciales, la homosexualidad, el contenido sexual, la crítica a la iglesia o a la religión, etc. Asimismo, una parte importante de la guía era que debía evitarse generar simpatía en la audiencia por perpetradores de crímenes, inmoralidad o pecados. Se aludía a la homosexualidad o bisexualidad de personajes para demonizarlos o utilizarlos como objeto de burla, mas no podía representarse de manera explícita; además, comenzó la tendencia de solo representar a personas LGBT si se les daba un final trágico, incluyendo la muerte. Previamente al Código Hays, existían algunas representaciones ambiguas de personajes LGBT y del rompimiento de estereotipos de género, con íconos como Charlie Chaplin y Marlene Dietrich, aunque también se empleaba frecuentemente como elemento de shock o comedia.
Para 1948, la llegada de películas internacionales a cines americanos y la inclusión del filme en la protección de la libre expresión debilitaron el Código Hays, hasta que eventualmente fue reemplazado por el sistema de clasificación por edades que se emplea actualmente. Sin embargo, se mantuvo cierta reticencia a representar personajes LGBT+ en el cine, y persistieron los clichés que se habían adoptado en la época. Estos se ven reflejados también en el cine mexicano de la Época de Oro: el hombre afeminado como recurso de comedia (categoría en la cual entra el que se considera el primer personaje homosexual del cine mexicano, Don Pedrito de La casa del ogro), la feminidad en el hombre como signo de psicopatología, el lesbianismo como promiscuidad, etc.
Además, continúa la tendencia de darle finales trágicos a los personajes LGBT (The Children's Hour, Muchachas de Uniforme, entre otros). De aquí se desprende un cliché muy discutido en redes sociales los últimos años: El bury your gays (o “entierra tus gays”), que, como su nombre indica, señala el que un personaje LGBT muera, usualmente para avanzar la narrativa de otros. El simple hecho de tener un personaje de la comunidad que muera, o que resulte con un final infeliz, no necesariamente es algo malo; el problema es cuando se vuelve tendencia, pues es difícil encontrar representación que no termine en tragedias. Sin embargo, hay un área gris y complicada cuando se trata de medios que abordan temas de discriminación LGBT; después de todo, es importante también poder expresar las dificultades que personas de la comunidad sufren a través del arte.
Existe otra característica común de la representación LGBT en los medios como legado del Código Hays: el queercoding para señalar villanía e inmoralidad en un personaje.
El queercoding se refiere a la práctica de dar ciertas características asociadas con la comunidad LGBT a un personaje sin hacerlo explícitamente de la comunidad. Aunque se emplea en algunos casos para evadir la censura (como lo fue en la época del Código Hays), puede caer en el queerbaiting, que consiste en dejar indicios de que un personaje no es heterosexual para atraer audiencias interesadas en ese contenido, sin confirmarlo jamás (o a veces incluso reforzando su heterosexualidad al final). Disney ha empleado frecuentemente el queercoding en la presentación de sus villanos; tanto Scar como Jafar son personajes “amanerados” al compararlos con los protagonistas de sus películas, y el diseño de Úrsula se basa en la apariencia de Divine, una drag queen. La proliferación del queercoding de villanos y antagonistas lleva a que se asocien esas características (como la no conformidad con los roles de género) a la inmoralidad. De nuevo, no es que sea inherentemente malo tener villanos LGBT, o personajes LGBT que hacen cosas malas. El problema yace en que exista una tendencia hacia ello. Hasta hace muy poco tiempo, este solía ser el único tipo de representación LGBT que podía encontrarse en medios infantiles.
Esto nos lleva a cambios más recientes: el contenido LGBT en contenido familiar. No es únicamente Disney el que se apoyaba en el queercoding para hacer parecer aún peores a sus villanos, sino que fue un problema común en las series animadas por varios años. Sin embargo, recientemente se han comenzado a introducir personajes de la comunidad a este contenido. La leyenda de Korra cometió lo que podría considerarse queerbaiting, con un final ambiguo que pretendía dar a entender que dos personajes principales, Korra y Asami, eran pareja, dato confirmado por los creadores en entrevistas. A pesar de que no fue representación explícita, fue un parteaguas para lo que vendría en años siguientes: desde representación explícita en personajes secundarios o extras (como en Clarence, Star vs las fuerzas del mal, Loud House, etc.) hasta, finalmente, personajes principales en Steven Universe, Hora de aventura, She-ra y las princesas del poder, entre otros. Este cambio, sin embargo, se ha dado principalmente en contenido en plataformas de streaming y en series, mientras que productoras de cine convencionales se ven reacias a incluir personajes LGBT en sus contenidos.
Esto nos lleva a dos problemas más: el queercatching y la “representación” removible. El queercatching es un fenómeno opuesto al queerbaiting: aquí, en la serie o película no se ve nada que indique que el personaje es LGBT, pero el autor lo confirma por fuera, pretendiendo que se tome como representación. Un ejemplo conocido de esto es el hecho de que Dumbledore, de la saga de Harry Potter, sea gay, sin que esto sea mencionado jamás en los libros o películas. El segundo ha sido adoptado por Disney frecuentemente: ¿Cuántas veces no se ha anunciado el “primer personaje gay” de Disney, para que termine siendo un extra, o representación que consta de una sola línea o escena que puede eliminarse fácilmente del filme?
Sin embargo, las series y películas infantiles no son las únicas con problemas de representación. El queerbaiting continúa ocurriendo incluso en medios PG-13 o R; de igual manera, se suele recurrir a estereotipos. Se suelen presentar a las personas bisexuales como “promiscuas”. Las mujeres bisexuales suelen terminar en relaciones con hombres. Irónicamente, al intentar evitar estereotipos, rara vez se ven mujeres masculinas o que no se conformen con los roles de género, pintando un retrato hipersexualizado e hiperfemenino de las relaciones lésbicas. De igual manera, la feminidad en los hombres homosexuales y bisexuales se evita, o se presenta como algo humorístico. Esto no es regla, y existen filmes y series que evitan caer en estos tropos, pero la representación sigue sin ser 100% perfecta.
Sin embargo, cabe celebrar lo lejos que hemos llegado: en 2017, la ganadora a mejor película en los Óscares no solo contaba con un personaje principal homosexual, sino que su homosexualidad era un tema central para el filme. Incluso en países donde la censura al contenido LGBT es fuerte, se lucha por crear arte que exprese nuestras experiencias, como lo demuestran películas como Rafiki y Ek Ladki Ko Dekha Toh Aisa Laga.
Al encontrarnos con contenido LGBT en medios, vale la pena preguntarse qué mensaje se transmite con esa representación, y qué precedentes tiene.
Bibliografía:
Estrada, G. (2020). La representación de la comunidad LGBTTIQ+ en el cine mexicano. Festival internacional de cine de morelia.
Mondello, B. (2008) Remembering Hollywood's Hays Code, 40 Years On. NPR. https://www.npr.org/templates/story/story.php?storyId=93301189
Rowan, E. (2019). The Evolution Of Queerbaiting: From Queercoding to Queercatching. [Video]. https://www.youtube.com/watch?v=riKVQjZK1z8
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