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Las Mujeres olvidadas del Efecto Matilda


Piensa en los grandes científicos de la historia. ¿Cuántas mujeres te vienen a la mente? Si bien la sociedad le ha puesto muchas trabas a las mujeres para ejercer la ciencia a través de la historia, existen varias mujeres que han contribuido ampliamente a este campo — sin embargo, no se les da el reconocimiento que merecen, o son borradas de sus propios logros, por lo que la mayor parte de la población no reconoce sus nombres. Es aquí donde entra el efecto Matilda.


El efecto Matilda se refiere a un fenómeno donde las aportaciones por parte de mujeres a la ciencia e investigación no son reconocidas — usualmente, porque se le atribuyen únicamente a los hombres que colaboran con ellas. Este término encuentra sus antecedentes en el efecto Mateo, acuñado en 1968 por el sociólogo Robert King Merton para explicar cómo las investigaciones de científicos más jóvenes y de menos renombre terminan siendo poco conocidas, mientras que se sobreestima la importancia de cualquier trabajo provisto por científicos ya famosos. Irónicamente, Merton se basó en gran parte en las investigaciones de su esposa, Harriet Zuckermann, quien terminó siendo un pie de nota en el artículo.


Fue Margaret W. Rossiter, historiadora de ciencia, quien propuso el término en su artículo The Matthew Matilda Effect in Science, en 1993. Le dio el nombre de la sufragista Matilda Joslyn Gage, quien llegó a criticar estas tendencias en el ámbito científico. En enero de este año, revivió la popularidad del término debido a la campaña No More Matildas de la Asociación de Mujeres Investigadoras y Tecnólogas.


A continuación te dejamos algunas científicas oscurecidas por el efecto de este fenómeno.



Nettie Stevens (1861-1912)


Stevens fue una bióloga americana que contribuyó fuertemente a las áreas de embriología y citogenética. Su carrera científica fue de comienzo tardío, pues ingresó a la universidad a los 35. Al observar a microscopio una muestra de Tenebrio molitor, descubrió el rol de los cromosomas en la determinación del sexo — un concepto totalmente nuevo en una época donde aún se debatía si era la genética o las condiciones prenatales lo que decidía el sexo de un bebé. Sin embargo, se suele acreditar este descubrimiento a Edmund Beecher Wilson, quien publicó una investigación con resultados parecidos casi al mismo tiempo.



Rosalind Franklin (1920-1958)


Franklin fue una destacada química y cristalógrafa británica. En 1951, inició su trabajo en la universidad King’s College, experimentando con la difracción de rayos X para estudiar la molécula de ADN; al poco tiempo, creó la icónica "Foto 51". Sin embargo, Maurice Wilkins y Jim Watson, quienes también se encontraban investigando la molécula de ADN en esta misma institución, revisaron los resultados de la investigación de Franklin sin su permiso y los incorporaron a su propia investigación. Fue así como, gracias a las investigaciones de Rosalind, Watson y su compañero de investigación, Francis Crick, desarrollaron el primer modelo correcto de la molécula de ADN que fue publicado en 1953. Ella falleció en 1958 sin saber que de ella habían dependido los resultados del modelo. En 1962 Watson, Crick y Wilkins recibieron un premio Nobel de medicina, y Franklin solo fue mencionada brevemente en los discursos de aceptación.



Chien-Shiung Wu (1912-1997)


Nacida cerca de Shanghai, Wu contó con el apoyo de su familia en su trayectoria académica desde una temprana edad. En 1936, emigró a los Estados Unidos en busca de mejores oportunidades académicas. Aunque se enfrentó a varios obstáculos, tuvo la oportunidad de participar en el Proyecto Manhattan en 1944. Posteriormente, se dedicó a la investigación de la desintegración beta, campo al cual enriqueció con sus descubrimientos. En 1956, diseñó un experimento a petición de Tsung Dao Lee y Chen Ning Yang para probar su teoría sobre la ley de conservación de paridad. Al año siguiente, Lee y Yang recibieron un Nobel por esta investigación, mientras que Wu no fue mencionada.



Jocelyn Bell Burnell (1943)


Jocelyn Bell Burner, astrofísica irlandesa, es considerada una de las científicas más destacadas del Reino Unido. Burner decidió hacer su doctorado bajo la autoridad de Anthony Hewish, ayudando a construir un radiotelescopio y subsecuentemente, a descifrar las señales registradas. Al cabo de unos meses, Burner notó unas extrañas señales procedentes de una fuente que emitía ráfagas de energía muy breves a intervalos precisos. Tras una exhaustiva recopilación de datos, Jocelyn encontró tres fuentes más que emitían señales parecidas; Hewish las nombró “púlsares”. Este es considerado uno de los descubrimientos astronómicos más relevantes del siglo XX, ya que ha permitido contrastar la teoría de la Evolución estelar. En 1974, Hewish y Martin Ryle fueron merecedores del premio Nobel de Física y Jocelyn fue excluida de este.



Mileva Maric (1875-1948)


Mileva Maric fue una matemática de la actual Serbia, más conocida por contraer matrimonio con Albert Einstein. Maric y Einstein se conocieron en el Instituto Politécnico de Zurich en 1896. En 1902, presentaron su primer artículo, firmado solo por Albert. A partir de su matrimonio en 1903, que, junto con su embarazo inesperado, constituyó una pausa para su carrera académica, ella y Einstein trabajaron en la teoría de relatividad especial todas las noches; en 1905, el artículo fue terminado. En 1919, firmaron el divorcio, tras el romance extramatrimonial de Einstein con una prima. Maric apenas subsistía con la pensión alimenticia que Einstein mandaba, teniendo que cubrir además los gastos que la esquizofrenia de su segundo hijo implicaba. En 1925, Einstein rompió un previo acuerdo al dejarle el dinero del Nobel a sus hijos en su testamento, a lo cual Maric respondió amenazando con revelar cuánto había contribuido al trabajo de Einstein. Sin embargo, él la convenció de que nadie la escucharía, y permaneció en silencio. No fue sino hasta después de su muerte que se hallaron cartas y testimonios que comprobaron los aportes de Maric al trabajo de Einstein.


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Como podemos ver, son muchas las historias de mujeres borradas de la historia de la ciencia tanto por individuos como por instituciones patriarcales — pero siempre hemos estado, y estaremos, contribuyendo al patrimonio y conocimiento humano. Aprovechémos este Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia para recordar y celebrar a las mujeres que hacen la ardua labor de desarrollar el mundo a través de la ciencia y reconstruir la cara de esta disciplina.


Amiga científica, aunque no seas reconocida, créeme que, para nosotras, sigues siendo magnífica.



Referencias:


Martinez Mazaga, U. (2014). Mujer, ciencia y discriminación: del efecto Mateo a Matilda. Mujeres con ciencia. Recuperado de: https://mujeresconciencia.com/2014/11/17/mujer-ciencia-y-discriminacion-del-efecto-mateo-matilda/


Resnick, B. (2017). Nettie Stevens discovered XY sex chromosomes. She didn't get credit because she had two X’s. Vox. Recuperado de: https://www.vox.com/2016/7/7/12105830/nettie-stevens-genetics-gender-sex-chromosomes


Rositter, Margaret W. (1993): The Matthew Matilda Effect in Science, Social Studies of Science, vol. 23, no. 2, 325-341. DOI: 10.1177/030631293023002004


Atomic Heritage foundation. (N.A.). Chien-Shiung Wu. Recuperado de: https://www.atomicheritage.org/profile/chien-shiung-wu


Ugarte, I. (2021). En lucha contra el efecto Matilda: si Einstein hubiera nacido mujer. El país. Recuperado de: https://elpais.com/espana/madrid/2021-01-14/en-lucha-contra-el-efecto-matilda-si-einstein-hubiera-nacido-mujer.html


BBC Mundo. (2018). Rosalind Franklin, la olvidada científica detrás del descubrimiento de la estructura del ADN, uno de los más importantes para la medicina moderna. Recuperado de: https://www.bbc.com/mundo/noticias-44225714


Fresquet, J. (2017). Rosalind Franklin (1920-1958). Historia de la Medicina. Recuperado de: https://www.historiadelamedicina.org/franklin.html


Escobar, L. (2020). Jocelyn Bell Burnell, la mujer que descubrió los púlsares. Instituto de Astrofísica Canarias. Recuperado de: https://www.iac.es/es/blog/vialactea/2020/03/jocelyn-bell-burnell-la-mujer-que-descubrio-los-pulsares


Gagnon, P. (2016). La vida olvidada de la primera esposa de Einstein. Scientific American. Rescatado de: https://www.scientificamerican.com/espanol/noticias/la-vida-olvidada-de-la-primera-esposa-de-einstein/


 
 
 

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